jueves, 22 de diciembre de 2016

Los robots de reparto comienzan a colonizar Europa.


El 1 de diciembre sucedió algo inhóspito en el sector de la restauración. Tuvo lugar la primera entrega de pedido mediante un robot. Y no sucedió en un test de Silicon Valley, sino en el barrio londinense de Greenwich, a una mujer que pidió comida a través de la aplicación Just Eat.


Sin comerlo ni beberlo, la británica se convirtió en la primera persona en recibir un pedido de forma robotizada. Su paquete fue entregado por uno de los robots de la empresa Starship Technologies, creada por dos de los cofundadores de Skype, según se hizo eco El País.

Los asistentes robotizados están equipados de las mismas tecnologías que los vehículos autónomos. Miden unos 40 centímetros de alto y cuentan con nueve cámaras, dos micrófonos, sensores de movimiento y sistemas de mapeado y GPS. A día de hoy, se han probado en 58 ciudades de 16 países de todo el mundo.

La primera en apostar por la tecnológica de reparto con robots ha sido la disruptiva Just Eat. Tras varios meses de pruebas, en diciembre comenzaron los repartos robotizados en el barrio londinense. De cara a 2017, pretenden abarcar todo Londres.

Eso sí, al otro lado del charco también comenzarán a verse robots repartidores. La ciudad californiana de Redwood City contará con una flota de 20 robots a principios de 2017 que cubrirá la entrega de comida o libros.

En Just Eat, la entrega por robots está integrada. Aunque, antes de recibir los pedidos, la aplicación comunica al usuario que el reparto será por medio de un asistente tecnológico. Los robots pueden llevar hasta 10 kilogramos o tres bolsas, a una velocidad máxima de 6 kilómetros por hora.

Lo que más llama la atención de ellos es “la falta de reacción”, de acuerdo con portavoces de empresa Starship Technologies. Ignoran cualquier estímulo exterior, incluidos los niños que “tratan de cazarlo y abrazarlo”. Si bien incorporan una alarma antirrobo.




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